Las visas para trabajadores digitales son una estrategia innovadora utilizada por diversos países para atraer talentos globales. Estas visas permiten a profesionales remotos residir y trabajar legalmente, fomentando el crecimiento económico y la diversidad en las economías locales.
Unos 60 países están emitiendo visados para nómadas digitales. Estos países quieren atraer y retener a estos viajeros modernos. Los países que reciben a los nómadas digitales obtienen ventajas, aunque también pueden surgir inconvenientes adicionales.
El incremento del trabajo a distancia popularizó un concepto que antes solo era conocido por unos pocos: los nómadas digitales. Este grupo de trabajadores realiza sus labores desde cualquier lugar del mundo gracias a la modalidad remota de empleo.
De acuerdo con la investigación ‘State of Independence 2023’ de la empresa americana MBO Partners, en Estados Unidos actualmente hay 17,3 millones de personas que se consideran nómadas digitales, lo que representa un aumento del 131% desde 2019. En palabras de Gonçalo Hall, CEO de NomadX, una empresa enfocada en nómadas digitales, es curioso que la visa de ‘nómada’ no esté dirigida a los verdaderos nómadas.
Nómadas digitales: beneficios para los estados
Expertos resaltan que países como España buscan dar visas con ventajas a nómadas digitales. Estos pagan impuestos pero no utilizan servicios sociales ni quitan empleos locales. La meta es atraerles con visas para que se queden a vivir a largo plazo en un lugar.
- El nómada digital no representa un riesgo para los empleos locales. A menudo se le considera como un profesional independiente, pero según la encuesta de MBO Partners, en el país con más nómadas digitales, hay más nómadas digitales trabajando para empresas (10,7 millones) que por cuenta propia (6,6 millones).
Esto significa que son trabajadores bien remunerados que no rivalizarán por empleos locales, ya que son contratados por compañías extranjeras. Los nómadas digitales en España, por ejemplo, solo pueden obtener el 20% de sus ganancias de empresas locales.
- Recibir dinero de impuestos. Los permisos para nómadas digitales les dan la oportunidad de residir en un lugar y desempeñar labores para empresas de otro país a distancia. Esto significa que los nómadas digitales no pagan impuestos igual que los demás residentes de la zona, sino que solo pagan un porcentaje específico de impuestos en el país en el que trabajan.
En España, los viajeros digitales pagan un 24% de impuestos si ganan menos de 600.000 euros, en Portugal es el 20% y en Países Bajos era del 30%.
- Los nómadas digitales pueden disfrutar de impuestos más bajos, pero esto significa menos beneficios y derechos sociales. Para compensar, deben tener un seguro médico privado que sea tan bueno como el público. Al no pagar impuestos en España, no tienen derecho a prestaciones sociales. Por otro lado, su capacidad de gasto beneficia a la economía local.
Una señal positiva de la efectividad en la retención de nómadas digitales es que todos los visados emitidos por países europeos para este grupo son exclusivamente para personas que no tienen nacionalidad europea.
En otro caso, se verían obligados a seguir las reglas de Schengen (sin restricciones de viaje) y respetar los acuerdos fiscales de la Unión Europea. Al hacerlo, los países no obtendrían tanto beneficio al acoger a estos trabajadores digitales que no tienen una ubicación fija.
- Daños colaterales en ciudades populares para los locales. Portugal, Países Bajos y España han experimentado directamente las consecuencias de la llegada masiva de nómadas digitales a ciertas ciudades. En lugares populares entre los nómadas, como Lisboa o Málaga, se ha observado principalmente un aumento significativo en el costo del alquiler de viviendas, el cual se ajusta rápidamente a los altos ingresos de los recién llegados. Esto ha generado presión en el mercado inmobiliario local y ha intensificado la gentrificación en estas áreas urbanas.
- Señuelos para atraer talento. Los países que ofrecen visas para nómadas digitales buscan atraer a trabajadores capacitados y lograr que se establezcan en su territorio de manera permanente. Esto les brinda acceso a un nuevo grupo de talentos especializados, que no representan un costo para el sistema educativo local.
Un reporte del Fondo Monetario Internacional estima en 40 mil millones de dólares la cantidad de impuestos sobre la renta de los nómadas digitales que se asignan a países terceros. Esto significa que los impuestos que normalmente deberían ser cobrados por el país donde opera la empresa para la que trabajan, en realidad se pagan en el país donde residen.
Las visas para trabajadores digitales representan una oportunidad estratégica para los profesionales remoto, pero sobre todo para los países anfitriones. Estas visas no solo promueven el intercambio cultural y el desarrollo económico, sino que también responden a las tendencias laborales actuales. A medida que más naciones adoptan esta política, el panorama laboral global se transforma, ofreciendo nuevas posibilidades para vivir y trabajar de manera flexible y eficiente en el mundo digital.
Belén Stettler Wiertz es una experta en comunicación política y relaciones públicas, con una trayectoria destacada en la creación y gestión de estrategias de marca personal y comunicación gubernamental. Fue becaria del prestigioso programa Fulbright en Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde perfeccionó sus habilidades en liderazgo y estrategias políticas. Graduada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con especialización en opinión pública y publicidad, Belén ha aplicado su conocimiento en diversos contextos, tanto en el sector público como en el privado. Además, completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, enfocándose en la comunicación estratégica para la gestión pública. Su experiencia abarca la capacitación de líderes y funcionarios en técnicas de comunicación efectiva, así como la dirección de campañas de comunicación a distintos niveles de gobierno.