Al trabajar de manera asíncrona, es decir, con horarios distintos a los de sus colegas, los empleados pueden realizar sus tareas en períodos flexibles y enfocados a lo largo del día. La intención es que los trabajadores puedan organizar su tiempo laboral según su vida personal, en lugar de estar obligados a cumplir con horas fijas establecidas en contratos. En el pasado, las jornadas laborales “no lineales” eran bastante raras. Sin embargo, hoy en día, la creciente adopción de modelos de trabajo híbridos y remotos, así como horarios más flexibles, ha hecho que estas modalidades sean más accesibles para una gran parte de la fuerza laboral.
Aplicaciones prácticas del trabajo no lineal
En ciertos casos, muchas personas ya aplican, sin darse cuenta, este tipo de trabajo en alguna medida. Un ejemplo es cuando deciden trabajar tarde en la noche o adelantan proyectos muy temprano en la mañana. Claro que no todos los jefes ofrecerán a sus empleados este nivel de flexibilidad. Sin embargo, en el nuevo panorama laboral, las jornadas “no lineales” serán más comunes en algunos sectores. Los especialistas indican que el trabajo asíncrono ofrece muchas ventajas, siempre y cuando se implementen algunas precauciones.
Una mirada al pasado: control estricto sobre el tiempo
Aunque las jornadas “no lineales” parecen ser una nueva tendencia en el mercado laboral post-pandemia, en realidad no son un concepto reciente. Representan un regreso a la manera en que las personas trabajaban antes de la industrialización, cuando la jornada laboral típica abarcaba desde el amanecer hasta el anochecer, con descansos regulares, comidas y siestas. Sin embargo, con la llegada de la industrialización, se estableció una estricta semana laboral de 5 días y 40 horas en las fábricas, según Aaron De Smet, socio de la consultora McKinsey & Company, ubicada en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Formatos diversos de horarios “no lineales”
Los horarios “no convencionales” pueden presentarse de diversas formas. Por ejemplo, un empleado que comparte vivienda puede desear completar ciertas actividades antes de que los demás se levanten, por lo que trabaja de 6 a 8, y luego reduce su jornada al final.
Beneficios del trabajo asíncrono
El trabajo asíncrono ayuda a reducir el tiempo de viaje, realizar tareas administrativas en momentos de poca actividad, hacer más ejercicio y ahorrar dinero al preparar comidas en casa. Además, tener más flexibilidad generalmente conduce a una mayor productividad. En vez de trabajar ocho horas seguidas a un horario establecido, los empleados pueden dividir su jornada en partes que se ajusten mejor a sus horarios.
Cambio de enfoque hacia los resultados
Una de las principales ventajas de tener horarios de trabajo flexibles es la capacidad de decidir cómo administrar el tiempo. Este tipo de jornadas laborales permite que la atención se dirija más a los resultados que a las actividades. Lo importante no es el cuándo o el dónde se trabaja, sino completar las tareas. Los jefes establecen las metas y la visión para los empleados, pero no les indican el proceso para alcanzarlas.
Cómo impulsa el trabajo del conocimiento
El modelo no lineal se adapta a cómo es el trabajo del conocimiento: da a los empleados la libertad de realizar sus tareas cuando son más creativos y eficientes. Ya no se enfoca tanto en el tiempo y el esfuerzo invertido, sino en lograr los mejores resultados. Con la evolución del trabajo, también ha cambiado la manera en que los trabajadores desean mejorar su forma de llevar a cabo esas tareas.
Claves para implementar un modelo “no lineal”
Para que un modelo “no lineal” funcione correctamente, es necesario contar con un marco de referencia: indicadores que aseguren que los empleados no se desvíen demasiado de un horario efectivo. Esto podría manifestarse a través de horas de colaboración, donde se realice trabajo presencial y simultáneo, como reuniones o sesiones de intercambio de ideas.
Retos en la implementación empresarial
Estos sistemas complican un poco estas jornadas, por lo que algunos dueños de negocios han tardado en implementarlos. No se puede permitir que cada persona establezca su propio horario, ya que eso llevaría a un caos donde nunca se realiza trabajo coordinado.
Ámbitos donde predominan los horarios no lineales
En la actualidad, las jornadas laborales “no lineales” se dan sobre todo en el sector tecnológico. Las empresas emergentes, con equipos distribuidos en distintos husos horarios, son más capaces de adoptar horarios asíncronos que las grandes empresas tradicionales, con un historial de trabajo presencial en la oficina.
El impacto de la flexibilidad en la retención del talento
Un estudio realizado por McKinsey en julio de 2022 entre 13.382 trabajadores de todo el mundo, reveló que el 40% de los consultados consideraban que la flexibilidad en el lugar de trabajo era uno de los principales motivos para permanecer en un puesto.
Perspectivas futuras del trabajo no lineal
Actualmente, los horarios laborales “no lineales” son más comunes en el sector tecnológico. Las startups, que tienen equipos en diferentes zonas horarias, pueden seguir horarios asíncronos más fácilmente que las grandes empresas tradicionales, que tienen una historia de trabajo en la oficina. Sin embargo, este tipo de horarios podría aumentar debido a la creciente demanda en el mercado laboral, ya que más trabajadores buscan mayor flexibilidad y autonomía.
Advertencias para los empleadores
Los especialistas advierten que aquellos empresarios que no están dispuestos a otorgar mayor autonomía a sus trabajadores pueden arriesgarse a perder a sus mejores talentos a largo plazo. En el actual panorama laboral, los horarios “no lineales” pueden integrarse de manera efectiva en los esquemas de trabajo híbrido y remoto.
Belén Stettler Wiertz es una experta en comunicación política y relaciones públicas, con una trayectoria destacada en la creación y gestión de estrategias de marca personal y comunicación gubernamental. Fue becaria del prestigioso programa Fulbright en Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde perfeccionó sus habilidades en liderazgo y estrategias políticas. Graduada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con especialización en opinión pública y publicidad, Belén ha aplicado su conocimiento en diversos contextos, tanto en el sector público como en el privado. Además, completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, enfocándose en la comunicación estratégica para la gestión pública. Su experiencia abarca la capacitación de líderes y funcionarios en técnicas de comunicación efectiva, así como la dirección de campañas de comunicación a distintos niveles de gobierno.