jue. Nov 21st, 2024

En un mundo laboral cada vez más competitivo y globalizado, la creatividad se ha convertido en un activo esencial para los profesionales que aspiran a destacar en empresas internacionales. Estas organizaciones valoran no solo las habilidades técnicas, sino también la capacidad de innovación y adaptación que permite resolver problemas complejos y enfrentar desafíos en un entorno diverso. La creatividad no solo impulsa la generación de ideas originales, sino que también fomenta el pensamiento crítico y la capacidad de colaborar con otros. En un equipo multicultural, donde las perspectivas y enfoques pueden variar significativamente, ser capaz de pensar creativamente facilita la comunicación y la construcción de soluciones integrales que benefician a la organización en su conjunto. Esto se traduce en una ventaja competitiva, permitiendo a los profesionales no solo adaptarse a las exigencias del mercado, sino también anticiparse a ellas.

La creatividad se puede definir como la habilidad de inventar y producir ideas únicas. A diferencia de lo que muchos piensan, no es un don innato, sino una destreza que se puede mejorar a través de ciertas prácticas. Al comprender que la creatividad es una habilidad que se puede cultivar, los profesionales tienen la oportunidad de enriquecer su perfil laboral y abrirse a una gama más amplia de oportunidades.

A lo largo de este texto, exploraremos recomendaciones prácticas que permitirán a los lectores potenciar su creatividad y, con ello, aumentar sus posibilidades de éxito en el ámbito laboral internacional. Desarrollar esta habilidad no solo es un camino hacia la innovación personal, sino también una inversión en el futuro profesional que puede marcar la diferencia en un mundo laboral en constante evolución.

Recomendaciones para lograr ser más creativo

  1. Adoptar una mentalidad de crecimiento
    La forma en que pensamos influye en nuestra habilidad para crear. Es fundamental cultivar lo que la investigadora y docente de Stanford, Carol Dweck, define como una mentalidad de crecimiento. Tener la mente abierta y confiar en que somos capaces de crecer, aprender y así obtener nuevas habilidades, incluida la creatividad, es el primer paso.
  2. Implicarse activamente en diversas vivencias
    Practicar nuestra atención en el lugar donde nos encontramos es el siguiente paso hacia una vida más creativa. Comprométete de verdad con las experiencias que vives. Esto puede llevar a aprendizajes que se conecten con cosas que nunca habrías imaginado. Por ejemplo, podrías adquirir algo de una clase de baile, unirlo con el conocimiento de una nueva técnica de fotografía y luego escribir un libro sobre movimientos corporales. La realidad es que no siempre sabrás de inmediato para qué sirve ese nuevo conocimiento. Sin embargo, estar completamente presente e intentar ampliar tus áreas de especialización puede facilitar esa combinación de innovación. Incluso al redactar un correo electrónico o asistir a una conferencia sobre un tema desconocido, puedes participar de manera que obtengas algo valioso de la experiencia.
  3. Entender el objetivo
    Al acumular experiencias, podemos sentir el impulso de crear. En ese instante, es esencial reflexionar: ¿cuál es la razón detrás de esto? ¿Cuál es su propósito? ¿A quién va dirigido? Si entendemos el objetivo y priorizamos a las personas a las que se destina nuestra idea, podremos desarrollar algo con verdadero valor. ¿Quién obtendrá beneficios de lo que deseas crear? Al conocer el porqué, nos damos cuenta de que nuestra idea inicial no siempre es la más adecuada. También entendemos que hay múltiples formas de alcanzar el mismo objetivo. Por ejemplo, si descubres que, en lugar de fundar una nueva marca de camisetas, lo que realmente te inspira es transmitir ideas de manera simple y cotidiana en la vida de las personas, podrías empezar a explorar otras maneras de lograrlo. Incluso podrías darte cuenta de que consultar a la gente puede ser una buena forma de decidir el rumbo a seguir.
  4. Permítete ser vulnerable
    Debes dejar de pensar tanto y comenzar a actuar. No esperes a sentirte completamente preparado para probar. Si no lo haces, tu idea podría quedar guardada por mucho tiempo. Es crucial que aproveches tu impulso y transformes lo que aún es solo una idea en algo tangible, aunque sea improvisado. Esta es la única manera de progresar. Observa cómo reacciona la gente, entiende si funciona y realiza ajustes. Esto se conoce como prototipado, que significa crear una primera versión económica.
  5. Deja espacio para mejorar
    Al igual que al principio, nuestra mentalidad debe centrarse en el crecimiento hasta el final, porque este es solo el inicio de un nuevo ciclo. Después de crear, probar, preguntar y ajustar, es el momento de intentarlo nuevamente. Puedes repetir este proceso tantas veces como desees o necesites. La creatividad no tiene porqué agotarse. Las mejoras que realizamos de manera continua pueden fortalecer y enriquecer nuestra idea original. No debemos caer en la ilusión de que si alguna vez fuimos creativos, siempre lo seremos. La creatividad, al igual que otras habilidades, puede seguir desarrollándose cada día. Cuanto más practiques y observes esta práctica de forma consciente, mayor será tu capacidad. Es esencial reflexionar y entender dónde has tenido éxito, dónde has fallado, qué has pasado por alto o qué te ha sorprendido. De esta forma, entras en un ciclo de crecimiento y podrás experimentar tu creatividad cada vez más.

By Belén Stettler Wiertz

Belén Stettler Wiertz es una experta en comunicación política y relaciones públicas, con una trayectoria destacada en la creación y gestión de estrategias de marca personal y comunicación gubernamental. Fue becaria del prestigioso programa Fulbright en Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde perfeccionó sus habilidades en liderazgo y estrategias políticas. Graduada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con especialización en opinión pública y publicidad, Belén ha aplicado su conocimiento en diversos contextos, tanto en el sector público como en el privado. Además, completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, enfocándose en la comunicación estratégica para la gestión pública. Su experiencia abarca la capacitación de líderes y funcionarios en técnicas de comunicación efectiva, así como la dirección de campañas de comunicación a distintos niveles de gobierno.